*Familiares piden cerrar centros de reunión
Por: Antonio Ortiz

Cancún. Personas que padecen de alcoholismo, sobre todo los más jóvenes que tienen entre 16 y 23 años, aseguran que si el “alcohol no nos ha matado, menos el coronavirus”.
Pese a que un hombre y una mujer que iban a los grupos de alcohólicos anónimos fallecieron el pasado fin de semana, cuatro siguen hospitalizados, dos están aislados en sus casas y otros más acuden con cubre bocas a los lugares de reunión, al afirmar que no tienen síntomas de Covid-19.
Familiares de alcohólicos anónimos hicieron un llamado a las autoridades de la Secretaría Salud de Quintana Roo y a la policía para que en Cancún cierren los centros de reunión o de grupo donde se reúnen para recibir terapia y apoyo grupal, ante la negativa de los responsables de cerrarlos.

Informaron que ese mismo problema se presenta también en los templos y de sectas religiosas, que siguen con sus reuniones religiosas, sin utilizar bocinas para no hacer ruido y llamar la atención para que las autoridades no les cierren sus puntos de reunión, al asegurar que “los contagios son por gracia de Dios”.
Grupos de AA irresponsables
Dieron a conocer que dentro de las personas contagiadas y que dieron positivo al coronavirus, están las que forman parte del grupo llamado de la tercera edad; pero también las que padecen diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.
Mencionaron que el mayor problema es con aquellos grupos de jóvenes que padecen de alcoholismo, entre 16 y 23 años, que no quieren protegerse, aplicar las medidas de higiene básicas o utilizar cubre bocas, al repetir de manera inconsciente que “si no los mató el alcohol no lo hará el coronavirus”.
Uno de esos grupos se llama Triunfo jóvenes, localizado sobre la avenida Miguel Hidalgo o Ruta 5, a los que no les importa abrir sus instalaciones todos los días donde llevan a cabo sus sesiones y programas de recuperación.

Lo mismo sucede con el grupo Éxito, por lo que el contagio es inminente entre las personas que asisten; pero también hacia sus familiares al llegar a casa, mencionaron.
Informaron que otro de los grupos que no han querido cerrar sus lugares de reunión está el grupo Fuente de vida, localizado en la Supermanzana 63, cerca de El Crucero, donde seis personas resultaron contagiadas por el virus, tres de ellos internados en estado grave. Hay otro, llamado 28 de Noviembre, sobre la avenida Tulum, en el que otras tres personas dieron positivo.
En el grupo Senderos de gratitud, hay varias personas que también resultaron infectadas por coronavirus por lo que fueron aislados en sus casas, para evitar que se propague más.
Aunque aseguraron que los grupos de Alcohólicos Anónimos 24 horas y de otras corrientes cerraron sus puertas, en espera de abrir a partir del primero de Junio. Mientras tanto, dijeron que los padrinos y madrinas apoyan a los enfermos mediante juntas virtuales y por teléfono; en tanto que las clínicas de rehabilitación sí pueden atender a los enfermos, pero sin recibir a nuevos miembros desde que se decretó la pandemia.
Arma de doble filo
Comentaron que la mayoría de los alcohólicos anónimos se auto emplean, al tener taqueros, taxistas, laboran por su cuenta o en su caso son camaristas y meseros. Pero a raíz de que creció la pandemia por el Covid-19 y las autoridades de Quintana Roo ordenaron cerrar negocios y la gente fue despedida de sus trabajos, ahora enfrentan una mayor angustia y soledad por lo que “están en riesgo constante” que los podría orillar a beber una vez más.
Reconocieron que la mayoría de sus familiares enfermos de alcoholismo no cuentan con internet, redes sociales u otro medio para realizar sesiones de manera virtual, de ahí que insisten en ir todos los días a sus sesiones de terapia y utilizar la tribuna.
Debido a eso, advirtieron que es un arma de doble al filo, pues existe el problema de más contagios, pero también el volver a beber y drogarse sino reciben ayuda.

Revelaron que los llamados padrinos y madrinas, que son un apoyo para los de recién ingreso y los que reciben los programas de recuperación para dejar la bebida, ya están estresados al tener que atender de manera individual a tantos compañeros por celular, al no darse abasto. Aunque resaltaron que los programas son una ayuda para aquellos que aceptaron dejar de beber y aplicarlos, sin necesidad de asistir todos los días a los grupos de terapia.