
Cancún, 7 de mayo. Parece que en Quintana Roo, y sobre todo en este destino turístico, es un delito darle comida gratuita a los que tienen hambre, entre ellos mujeres, menores de edad y albañiles, al no haber trabajo por la pandemia originada por el coronavirus; pese a que no hay un artículo en la Constitución mexicana, en la del Estado, ley o reglamento que lo prohíba.
El empresario Ricardo Ulises Villalba Ramírez, quien junto con su familia y voluntarias entregan comida gratuita a personas que fueron despedidos, dio a conocer que elementos de la policía de Quintana Roo comenzaron a hostigarlos y le ordenaron bajar las cortinas de su zapatería o lo meterían a la cárcel; pese a no violar ninguna ley al no ser un restaurante ni lucrar con los alimentos, aclaró.
Recordó que eso es una violación a la Comisión Internacional de Derechos Humanos, ya que quieren clausurar su negocio y adelantó que se amparará y hará valer la declaración de los Derechos Humanos Universales.
Ricardo Ulises Villalba aseguró que en ningún momento se ha violado las recomendaciones del sector salud por el Covid-19, pues a las personas que acuden por un plato de comida todos los días sobre la avenida López Portillo, casi esquina con la calle que continúa de la Torcasita, se les pide portar el cubrebocas, se les otorga gel antibacterial para las manos, mantienen una distancia prudente a fin de evitar contagios y no ingieren los alimentos afuera de su zapatería, sino que se retiran a sus casas o a otro lugar.

Denunció que el cinco de mayo llegaron patrullas para intimidar a la gente y lo amenazaron con cerrar su negocio que abrió en la Supermanzana 63 desde hace cuatro años
Aunque, comentó, los uniformados desconocían que fue subdirector internacional de la Comisión Internacional de Derechos Humanos, una ONG son sede en la Ciudad de México; y que las únicas autoridades que pueden clausurar negocios son los de Fiscalización del Municipio Benito Juárez, y las de Salud de Quintana Roo; pero no está vendiendo nada ni trabajando, ni su zapatería es un restaurante donde la gente se sienta a comer, sino que sólo reparte la comida de manera gratuita.
Radicado desde hace 30 años vive en Cancún, donde ha realizado muchas actividades de carácter, además fue presidente municipal de la Liga de Ciclismo y comisario de la Asociación estatal afiliada a la Federación Nacional de Ciclismo, comentó que a consecuencia de miles de despidos en la industria turística y diversos negocios por la pandemia del coronavirus, se dio cuenta que más personas tienen hambre en Cancún o fueron desalojados de sus casas al no tener para pagar la renta, por lo que comenzó desde abril pasado a recorrer Cancún en su motocicleta para regalar comida de manera ‘clandestina’.
A través de las redes sociales, solicitó ayuda para seguir cocinando detrás de su zapatería y poder ayudar a las personas que viven alrededor de la zona (Tulum y López Portillo).
Ricardo Ulises dio a conocer que desde el dos de mayo cuenta con la colaboración de cuatro hermanas, entre ellas Joseline y Cynthia Camargo, para preparar todos los días la comida junto con su familia.
Aseguró, que no falta quien les done arroz, frijol, tortillas, garrafones de agua y hasta pollos, gracias al SOS que lanzaron por las redes sociales, mediante el lema “Ayúdame, para seguir ayudando”.
“Nuestro compromiso moral, es dar todos los días de la semana a más personas que tienen hambre”.
Dijo que con un presupuesto de 700 pesos al día compran carne o salchichas y han logrado dar comida gratuita hasta a 270 personas que comen sopas o caldo con verdura, arroz o a veces spagetti, y esa cifra la alcanzaron el 5 de mayo; pese a que fueron hostigados por policías de Seguridad Pública de Quintana Roo.

El comerciante aclaró en que las personas no se quedan a comer en el lugar ni mucho menos se les vende la comida, pues se les está regalando gracias a las donaciones recibidas y al trabajo de cocinar todos los días por parte de su familia y grupo de voluntarias.
Ricardo Ulises Villalba señaló que es bueno que el Gobierno de Quintana Roo reparta despensas en los domicilios de la entidad, al haber hambre y no tener trabajo, pero señaló que muchos no tienen luz eléctrica para preparar sus alimentos, al no poder pagar el recibo de la energía eléctrica, ni mucho menos tanque de gas, por lo que de nada sirve el vale entregado para cuatro kilos de LP y recordó que en Benito Juárez, a diferencia de Solidaridad, no hay comedores comunitarios administrados por las autoridades.
Indicó que sólo hay uno que está a cien metros más delante de su zapatería, pero ellos sí tienen presupuesto y apoyo pero nada más entregan 50 fichas al día, pese a que hay muchos necesitados de comer.
Finalmente, hizo un llamado a las personas y grupos voluntarios que hacen comida a no nada más llevar alimentos a los hospitales para el personal de salud, sino también a ver por la gente sin empleo y que tienen hambre en Cancún. (Por Antonio Ortíz)